Un día gris,
una estación
de ferrocarril.
Por el cristal
de un viejo tren
yo vi pasar
A una mujer
que despertó
mi curiosidad.
Yo la miré,
ella me miró
y me enamoré.
Aún recuerdo esa mirada
que ella a mí me dedicó,
un lago de amor se forma
dentro de mis ojos, lloro.
Cada tarde que oscurece
surgen nuevas ilusiones otra vez,
sólo espero ver su cuerpo
en la llegada de ese tren
y yo miro entre la gente
pero no la logro ver,
sólo espero que mañana vuelva
a la estación del querer,
la quiero tener
porque sin amor
mi sueño se ha marchado.
Aún recuerdo esa mirada.
Cada tarde que oscurece.